ESPERAR EN DIOS

11.06.2021

Mensaje predicado en la Iglesia Evangélica Bautista de Manresa 06/06/2021

Wilfredo Morales Acosta

Texto: Isaías 40:31

Vivimos en un mundo cada vez mas ajetreado y ruidoso, de hecho, tengo la sensación de que estar estresados es más una moda que un problema de salud. Vivimos a alta velocidad, y hemos llegado a esto porque en nuestra naturaleza humana queremos las cosas aquí y ahora; no nos gusta esperar. Por desgracia, todo esto se refleja también en la vida cristiana, emprendemos algo para Dios u oramos por una necesidad y queremos ver los frutos al día siguiente, si no los vemos, nos desanimamos y nos rendimos.

Para muchos creyentes esperar en Dios no es la primera opción, como debería ser, sino más bien, lo hacen porque ya no les queda otra, han agotado todas las posibilidades y solo les queda esperar. Yo no sé si usted es paciente o impaciente. Si es paciente, me alegro mucho, si no lo es, debo decirle algo que quizás no le guste: Aquel día cuando llegaste a los pies de Jesús y tú vida rendiste a Él, ese día te matriculaste en la universidad de la espera. Dios nos ha llamado a que esperemos en Él, y hará todo lo que sea necesario para que nos graduemos con honores.

El profeta Isaías escribió: "pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán". Isaías 40:31, que versículo tan hermoso y esperanzador.

¡Sabías que esperar en Dios es una de las cosas más difíciles que haremos en nuestras vidas; y a la vez, de las más importantes y provechosas!

Esperar en Dios está íntimamente relacionado con nuestra confianza en Él, de hecho, la vida cristiana se caracteriza por ser una vida de espera. El escritor de hebreos nos presenta el tema de la esperanza como si fuera incluso, nuestro trabajo en esta tierra, En Hebreos 10:23 leemos: Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.

Eclesiastés 3: 11 nos dicen: Todo lo hizo hermoso en su tiempo;

Y en Marcos 1:15 leemos: [...] El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

En Romanos 5:6 Pablo escribió: Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

Hay un tiempo establecido por Dios para todo lo que sucede sobre la tierra y fuera de ella y este tiempo establecido incluye, todo lo que sucede en su vida y en la mía. Pretender hacer fuera del tiempo de Dios no es esperar en Él. Y Pretender hacer el trabajo de Dios tampoco lo es, de hecho, ninguna de estas dos actitudes nos darán buenos resultados, más bien, pueden complicarlo todo.

Un ejemplo de esto lo tenemos en Abraham. Dios prometió un hijo a Abraham, unos años 10 después de hecha la promesa, cuando Sara tenía unos 75 años, al verse ella tan anciana como para dar a luz, convence a Abraham para que se acueste con su criada Agar y al fin tengan un hijo. En Génesis 16:1-4 leemos:

Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora.

El resultado de todo esto fue una tragedia tras otra tragedia, tanto así, que aun hoy se viven las consecuencias de esta mala decisión, presente en el enfrentamiento de pueblos y religiones como los judíos y el judaísmo descendientes de Isaac y los árabes y el islam, descendientes de Ismael el hijo de Agar y Abraham.

Otro ejemplo lo encontramos en la historia del rey Saúl. Para este momento El pueblo de Israel tenía guerra contra los filisteos, y en 1 Samuel 13: 7 en adelante leemos:

Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando. Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tú Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.

Tanto Saúl como Sara se dejaron llevar por las condiciones externas que le rodeaban y fracasaron, Saúl veía que el pueblo desertaba y Sara ya había perdido las esperanzas de concebir por su avanzada edad.

Saúl ofreció sacrificios para ganar el favor de Dios porque el profeta Samuel tardaba, pero él no estaba autorizado para hacerlo. Sara, viendo la tardanza de la promesa del hijo, le dijo a Dios, no te preocupes que ya me encargue yo de darme un hijo

Lo cierto es que Dios nunca llega tarde ni se adelanta, pero en nuestro desespero, Dios se encarga de revelarnos lo que hay verdaderamente en nuestros corazones, si de verdad confiamos y esperamos en Él o no. Dios quiere que esperemos en Él, y esta aparente tardanza hace que nuestra fe y confianza en Él salgan fortalecidas, si esperamos como es debido

Jesús llego 4 días después de la muerte de Lázaro, las hermanas de Lázaro le reprocharon su tardanza, pero ellas no eran consientes de que delante de ellas estaba la resurrección y la vida hasta que vieron a su hermanos salir del sepulcro. Esperar en Dios no es una pérdida de tiempo, es tiempo invertido para conocerle más, para ver sus milagros y ver como se perfecciona su obra en cada uno de nosotros

Por otro lado tenemos la enseñanza bíblica de esperar en Dios mientras trabajamos en el lugar que Dios nos ha puesto y según su voluntad


Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; (Salmo 127:1)

Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; (Romanos 12:12)

Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. (Mateo 24:42)

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. (2 Timoteo 4: 1-3)

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. (Gálatas 6:9)

Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; Al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. (2 Pedro 1:5-11)

Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. (Hebreos 10:23)

Esperar en Dios no es estar pasivos o pasar de todo, usted y yo tenemos responsabilidades y debemos trabajar en todo aquello que tenemos a la mano conforme a la voluntad de Dios. Tenemos muchos ejemplos bíblicos, José es uno de ellos, pues, desde que él conto aquel sueño a su familia, hasta que fue puesto como segundo del faraón en Egipto, paso por una larga espera siendo fiel a pesar de haber sido traicionado por sus hermanos, vendido como esclavo, tentado y luego encarcelado injustamente. La espera de José en su Dios no fue en vano. Aquel día, cuando el decidió darse a conocer a sus hermanos, porque ellos lo daban por muerto, José expresó:

[...] Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto. (Génesis 45:4-8)

José se mantuvo fiel, y trabajo como para Dios en todo momento y lugar, la Biblia nos dice que Dios prosperaba todo la obra de sus manos.

Muchas veces cometemos el error de pensar que somos el centro del mundo, Es como si Dios nos debiera algo. No se trata de nosotros, se trata de Dios, se trata de la gloria de Dios, como nos dice el salmista: No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad. (Salmo 115) Nosotros somos instrumentos en sus manos y entre los cuidados de Dios para con sus hijos esta también que aprendamos a esperar en Él, y José, lo aprendió muy bien.

Job también aprendió a esperar en Dios: Todos los días de mi edad esperaré, Hasta que venga mi liberación. (Job 14:14). He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; (Job 13:15). Más adelante, cuando ya se acercaba el final, expresó: De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. (Job 42:59)

Hay muchos creyentes que son perezosos, despreocupados y pasan de todo, pero con mucha frecuencia escuchamos de sus labios la frase de: "Estoy esperando en Dios". Cristianos estancados, que no avanzan en sus relaciones de pareja, en sus ministerios o en la provisión espiritual y física para sus familias porque siempre están esperando en Dios, pero no hacen nada Muchos no se dan cuenta, pero están usando la frase de "Estoy esperando en Dios" Como un escudo; un lugar para esconderse de sus responsabilidades.

Pretender hacer fuera del tiempo de Dios no dará buenos resultados. Permanecer pasivos sin hacer lo que nos corresponde hacer tampoco los dará. La pregunta es: ¿Y cómo se cual es el tiempo de Dios? ¿Cómo sé que es lo que tengo que hacer?

Su familia es su primer ministerio, sus hijos, su esposa, sus esposo, luego esta la iglesia, el trabajo con el que se gana la vida, debemos ser luz y sal de la tierra, y allí donde este, tanto dentro como fuera de la iglesia, hágalo todo como para Dios, y en toda oportunidad que le dé. Por lo tanto, esperar en Dios es: "Hacer lo que me corresponde a mí como creyente, confiando en que Dios actuará según lo que más me conviene y sobre todo, para su gloria".

Usted y yo tenemos responsabilidades, y sería muy beneficioso, que nos auto examinemos a ver si hemos caído en el error de esperar en pasividad. ¿Crees que Dios puede usarte de algún modo dentro o fuera de la iglesia? ¿Tienes problemas familiares? ¿Estás buscando pareja? ¿Quieres bajar de peso? ¿Qué estás haciendo?

Si oras 4 horas al día y lees 20 capítulos de la Biblia cada mañana pero no haces nada más, el trabajo de esperar está incompleto. Tienes que dar pasos precisos, habla con el pastor y coméntale que te gustaría probar a hacer tal cosa... Reúnete en familia y enfrenta el problema. Reunten en lugares donde hay cristianos contemporáneos a ti para encontrar una posible pareja. Comienza a hacer ejercicios y dieta. La espera en Dios es en paz, pero no es pasiva. Recuerda, hay una parte que nos toca a nosotros y otra a Dios, asegúrese de hacer solo lo que le toca a usted y deje el resto al Señor.

No sé si le ha pasado esto, vamos a Dios en oración, nos humillamos ante su presencia y pedimos con sinceridad, pero en el fondo nuestros corazones están tan ansiosos, el ruido de sus alas es tan fuerte que sin darnos cuenta, dejamos de orar aun cuando seguimos de rodillas, y comenzamos a planear en nuestra mente como resolver la situación por la que atravesamos. ¿Ha experimentado esto alguna vez? Yo lo experimento a menudo. Pero esto no es esperar en Dios, esto es en el 99 % de los casos divagar en oración producto a mi desconfianza. Digo 99 % porque a veces encontramos la respuesta a nuestras oraciones de esta manera, y creo que es Dios ayudándonos a entender. No obstante, en la gran mayoría de los casos esto es producto a que pedimos hoy para recibir una respuesta ayer, tenemos mucha prisa, pero Dios no quema etapas, y si aun no estamos preparados Él no lo dará.

"Esperar en Dios es hacer lo que me corresponde confiando en que Dios actuará según lo que más me conviene y para su gloria".

Supongamos que te has quedado sin trabajo. ¿Qué debes hacer? Oras a Dios por tu necesidad, Preparas varios currículos y los entregas en todo los lugares pertinentes, llamas a amigos y se los envías también, hablas con los familiares, el vecino, y todo lo que tengas o puedas hacer, después continuas esperando en Dios.

Tu espera en Dios es la confianza que has depositado en Él para que Él maneje los hilos de todos los acontecimientos y entonces llegue ese día en que tomas tu teléfono y te dicen, tienes una cita para una entrevista de trabajo mañana a las 4 de la tarde.

Vas a tu doctor y te dicen que tienes una terrible enfermedad. ¿Qué haces? Oras a Dios por tu necesidad, y luego, haces todo lo que el médico te diga que hagas, después continuas esperando en Dios.

Esta espera en Dios es la confianza que tú has depositado en Él para que Él tome las riendas de tu vida y te sane, te de unos años mas de vida o te de esa paz que sobrepasa todo entendimiento humano. Esa paz que aun cuando estés en las últimas o ya hallas perdido toda la movilidad de tu cuerpo, tú pides que te traigan aquí, Tú quieres estar parado aquí para gritarle al mundo: "¡Dios es buen!", "Jehová dio y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito". "Aunque Él me matare en Él esperare". Esto es esperar en Dios, porque: los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Si Dios te da un trabajo, amen, si Dios no te lo da, amen, si Dios te sana amen, si Dios no te sana, es porque quiere que ya te vayas con Él, allí, donde no habrá más llanto ni dolor, allí, a donde tarde o temprano iremos todos los que hemos creído en Él

Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. (Romanos 8:22-39)

"Esperar en Dios es hacer solo lo que me corresponde a mí como creyente, confiando en que Dios actuará para mi conveniencia y sobre todo, para la gloria de su nombre".

Esperar en Dios es el mejor tiempo invertido de nuestras vidas, porque esperamos en aquel que nos ha dado la promesa de salvación. Porque esperamos en el único y verdadero Dios.