¿QUIÉN ES JESÚS?

12.06.2022

Mensaje predicado en la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Manresa, 12/06/22

Wilfredo Morales Acosta

Texto: Colosenses 1:15-20

En el evangelio de Lucas capitulo 8, se nos narra la historia de un hombre que vivía en la tierra de los gadarenos. Allí se nos dice que este hombre llevaba ya mucho tiempo poseído por miles de demonios, que estaba desnudo, que moraba en los sepulcros y que tenía una fuerza descomunal, pues le ataban con grillos y con cadenas y el siempre las destrozaba. La historia continúa describiéndonos como aquel hombre fue liberado de los demonios por Jesús, y como, a pesar de aquel maravilloso milagro, los habitantes de aquella ciudad le rechazaron y le pidieron que se marchara. Surgen muchas preguntas al leer esta historia: por ejemplo: 

¿Qué hizo este hombre en el pasado para llegar a ser la morada de tantos demonios? 

¿Por qué los demonios pidieron ir a los cerdos?

 ¿Por qué Jesús dejo que los demonios fueran a los cerdos? 

Muchas preguntas, todas válidas. Sin embargo, en muchas ocasiones, la pregunta más importante de todas suele pasar desapercibida, y la cuestión es que, en estos versículos, encontramos una enseñanza que va mucho más allá de los demonios, de los cerdos, del rechazo hacia Jesús, e incluso más allá del propio milagro. Lucas nos dice que: Este, (es decir, el endemoniado, y sabemos que quien habla no es el hombre sino los demonios) al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. Mateo por su parte, nos da un detalle muy importante, el nos dice que las palabras de los demonios fueron: ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? Y son, precisamente detalles como estos, los que nos ayudan a ver un poco más allá, ya que, más allá de cada verdad y de cada suceso, aquí se nos está enseñando, sobre todo, quien es Jesús. Y es precisamente este el tema que hoy me gustaría compartir con ustedes, quiero que juntos podamos dedicar estos pocos minutos para reflexionar sobre la persona de Jesús; para responder quizás, a la pregunta más importante de todas: ¿Quién es Jesús? Vamos todos a Colosenses 1:15-20:

"Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz".


¿Quién es Jesús?

Para algunos fue un profeta más, para otros un maestro, un buen hombre, para el papa Francisco por ejemplo, fue un fracasado, después de todo, este individuo públicamente dijo que el sacrificio de Jesús en la cruz, fue "el fracaso de Dos" Lo cierto es que nada importa lo que el hombre diga o crea sobre quien es Jesús, aquí lo que cuenta es lo que nos dicen las Escrituras.

La carta a los Colosenses fue escrita por el apóstol Pablo mientras él estaba preso en Roma, y se escribió sobre todo, para combatir una nueva herejía que estaba surgiendo en aquel momento. La peligrosa herejía tenía elementos del gnosticismo y del judaísmo, por lo cual, la salud espiritual de la iglesia en Colosas estaba en peligro, pues aquella herejía, atacaba nada más y nada menos, que la deidad de Cristo. Pablo por su parte, deja bien claro que Cristo es Dios cuando dice: Él es la imagen del Dios invisible, por lo tanto, quien ha visto a Cristo, ha visto al Padre. Jesús es Dios en todos los sentidos, y Pablo lo explica muy bien a lo largo de toda la carta.

La deidad de Cristo continúa siendo atacada hoy como en aquellos días, y para ello se usan precisamente las palabras del aposto cundo expreso: "El primogénito de toda creación", haciendo alusión a que Cristo no puede ser Dios porque fue creado, porque fue el primogénito, es decir, el hermano mayor, el primer ser creado.

Interpretar así las palabras del apóstol es un error, ya que la palabra primogénito puede referirse al hijo que nació primero o a aquel que posee la preeminencia en cuanto a rango, en cuanto a posición. Esto es algo muy común en la tradición judía, y es algo muy común en las Escrituras, por ejemplo, Esaú es el primogénito de Isaac, esto en cuanto al sentido cronológico, porque Esaú nació primero que Jacob. Mientras que Jacob, es el primogénito en cuanto a rango y posición, porque este era el plan de Dios. Insisto, las Escrituras están llenas de ejemplos similares a este.

Jesús es el primogénito no porque fue creado primero sino más bien, porque Él posee todos los derechos sobre su creación. Él es el primogénito, porque suya es toda preeminencia, el tiene todos los derechos sobre lo creado, porque Él es el Creador. Jesús no fue creado, Jesús es Dios.

La Biblia nos enseña que Jesús es el unigénito hijo de Dios, y al mismo tiempo, que es Dios, es un misterio al que, junto a la persona del Espíritu Santo, hemos llamado trinidad, no voy a explicar la trinidad, esto es algo muy difícil de hacer, solo les compartiré lo expresado por Matthew Henrry al respecto: 

"Cristo en su naturaleza humana, es el descubrimiento visible del Dios invisible, y el que lo ha visto a él ha visto al Padre. Adoremos estos misterios con fe humilde y contemplemos la gloria del Señor en Cristo Jesús".

En la historia bíblica que compartimos al inicio de este mensaje vemos una escena impresionante, pues allí se nos dice que aún los demonios sabían quién era Jesús. Ellos saben que Jesús es Dios en forma humana y saben también que en el futuro serán castigados al ser lanzados en el lago de fuego donde serán atormentados día y noche. Ellos no conocen la fecha, pero es evidente que según sus cálculos aún no era el momento, y quizás por esa razón se postraron a los pies de Jesús y le dijeron: ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Los demonios sabían quién era aquel que estaba parado frente a ellos, y ellos sabían que no se trataba de un profeta más, ni de un ser humano común, sabían que no se trataba de un fracasado. Ellos se postraron, suplicaban, temían y temblaban porque estaban allí, ante el Único, Santo y Verdadero Dios, porque Cristo es la imagen del Dios invisible. En los versículos anteriores a este relato del endemoniado, a partir del versículo 22 se nos dice que Jesús: 

"Entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?"

Aquí sucede igual que en la historia del endemoniado, y la pregunta es: ¿qué hay más allá de la barca, de los vientos y de las olas? ¿Qué hay más allá del propio milagro? Más allá de toda inspiradora y dulce enseñanza encontrada en todos estos versículos, vemos a Jesús enseñándonos una vez más quien es el, vemos a Jesús demostrándonos una vez más su autoridad y su poder, demostrándonos que él es el Creador, el único y santo Dios. Los discípulos aquí, a penas empezaban a comprender quien era aquel que viajaba con ellos en la embarcación, en las últimas palabras del texto vemos a unos discípulos maravillados y a la vez, muertos de miedo, que se preguntaban: "¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?"

Cristo está presente en toda la Escritura, y usted lo puede encontrar desde Génesis hasta Apocalipsis. Él es el personaje principal de toda la Biblia. Él es el Creador de todo lo que hay en el cielo y en la tierra, do todo lo visible e invisible Él es el alfa y la omega, el principio y el fin. 

Es maravilloso como Juan, inspirado por el Espíritu Santo, nos enseña quien es Jesús, por ejemplo: Lázaro muere y Marta le reclama a Jesús, Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Jesús le responde a Marta, Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. Poco después, Lázaro es resucitado (Juan 11:1-44).

Jesús nos enseña: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12-20). Poco después Jesús le devuelve la vista a un hombre siego de nacimiento (Juan 9:1-41).

Jesús alimenta a cinco mil personas, y unos versículos después, Él mismo nos revela: Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

Jesús es el pan que descendió del cielo, es nuestro alimento, es la Palabra de Dios. Jesús es la vid verdadera, Él es el camino, la verdad y la vida. Jesús es la roca eterna, es el arca de nuestra salvación. Jesús es el Cordero inmolado, es el Redentor, es el autor y consumador de la fe. Jesús es nuestro refugio, nuestra esperanza, nuestra paz, Jesús es nuestro abogado defensor. Jesús es todo lo que tenemos y mucho más de lo que merecemos. Y a estas alturas, surge una nueva pregunta: ¿Es Jesús suficiente para ti? El salmista escribió:

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.


Recuerdo que hace tiempo atrás, cuando tenía unos 19 o 20 años, comencé a asistir a la iglesia una vez más, y digo una vez más porque ya había asistido antes, con 12 años, con 16 pero siempre terminaba apartándome, no recuerdo que tiempo llevaba visitándola esta vez, 6 meses, un año, no recuerdo, una tarde, en mi casa, mientras cantaba un coro que hablaba a cerca de mi rebelión, de mi traición a Jesús y el perdón de Dios y de pronto, comencé a sentir una culpabilidad muy grande, le había fallado a Jesús, y podía sentí un dolor muy profundo a causa de mi rebeldía y mi pecado. Hasta este momento yo nunca había sentido una condenación tan grande por mi pecado. Lloraba y lloraba, y mientras me sentía el ser más vil de este mundo, incapaz de contener mí llanto, de pronto, pase de sentir una culpabilidad inmensa a sentir el amor y el perdón de Dios sobre mí. No puedo expresar con palabras mis sentimientos en ese momento. Cuando mi esposa me vio, se asustó mucho, me preguntaba, pero yo no podía hablar, poco después le explique lo que me había sucedido, y recuerdo, como si me hubiese acabado de suceder, que mi sentimiento, mis palabras en aquel momento fueron: No puedo vivir sin Jesús, no concibo mi vida lejos de Jesús.

Jesús es más importante que tus hijos, que su pareja, que tu trabajo, que tus títulos, que cualquiera de tus posiciones materiales. Nada ni nadie fuera de Jesús podrá hacer nada por ti cuando estés ante el trono celestial. El único que puede declararte inocente de tu culpabilidad y tu pecado, es Jesús.

Si hoy estas aquí y aun no tienes a Jesús, si aun Jesús es para ti nada más y nada menos que un extraño, quiero que me escuches bien porque te contaré la experiencia de lo que hemos vivido cada uno de los que ya tenemos a Jesús, son experiencias distintas, pero en esencia es también la misma. Cada uno de nosotros, los que hoy somos llamados hijos de Dios, no estamos aquí ni gozamos de este gran privilegio porque seamos buenos, no hay nada digno, a parte de Jesús en nuestras vidas. Aquí lo que sucedió fue lo siguiente se nos ha acusado y se nos ha hallado culpables hemos visto cada uno de nuestros pecados pasar delante de nosotros y en aquel juicio, salieron a la luz aun nuestros secretos más escondidos y nuestras vilezas mas vergonzantes, por ende, se nos ha sentenciado a muerte y cuando ya no había consuelo, un hombre con vestiduras blancas se puso de pie, camino hasta cada uno de nosotros, nos despojo de nuestras vestiduras sucias y mal olientes, y nos vistió con su justicia, solo por gracia, solo por fe. Es muy difícil expresar con palabras una salvación tan grande, solo podemos decir como el salmista: ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Esta, también puede ser tu experiencia, solo tienes que creer en Jesús.

No pretendo asustarte con lo que te diré a continuación, aunque si este es el modo en que vas a despertar, que así sea, pero, debes saber que Jesús hoy es abogado defensor, mañana, regresará para Juzgar al mundo con severidad y justicia.

Hoy muchos viven ignorando a Dios, incluso muchos dentro de las iglesias viven un cristianismo barato, son cristianos pero casi nadie lo sabe, casi nadie se da cuenta. El mundo hace mucha presión y descalifica a todos aquellos que aman a Dios, por desgracia, casi todos quieren encajar. ¿Quieres encajar? No tendrás más opción que esconder a Jesús, la cuestión es que sucederá después. Espero que el día que te encuentres ante el Rey de reyes, y no lo dudes que así será, ese día, Jesús sea tu salvador y no tu juez. Recuerda sus palabras: "Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos". (Mateo 10:33).

Cristo es la imagen del Dios invisible, Él y solo Él, es digno de toda alabanza gloria y honor, el hombre aquí no tiene ningún protagonismo. Dios salva, Cristo es salvador, pero, ¿sabes por qué y para que, Dios te ha salvado? Para alabanza de la gloria de su gracia, Escuche lo que nos dice Pablo en Efesios 1: del versículo 3 en adelante:

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado [...] En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria".

Cristo es la imagen del Dios invisible, usted y yo somos creados, amados, salvados, y guardados para alabanza de su gloria, nosotros no somos los más importantes, este lugar pertenece a Dios y solo a Dios. Cualquier interpretación bíblica que le lleve a concluir que Dios necesita del hombre para algo, es falsa, cualquiera que diga que Cristo murió por lo importante que eras para El, está ofreciendo un mensaje incompleto y humanista, una verdad incompleta y muy peligrosa, ya que Cristo murió por causa de nuestra maldad y de nuestros pecados, no murió porque fuéramos buenos y lo mereciéramos, fue por gracia, y la gracia es favor no merecido, fuimos salvos, así como nos dice Efesios: Para alabanza de la gloria de su gracia.

El problema está en la predicación de un evangelio humanista, que pone al hombre antes que a Dios, y esta es una demostración más de la importancia que tiene el hecho de conocer quién es Jesús, y quienes somos nosotros. El problema aquí, está en que no conocemos quien es Jesús. Los predicadores del evangelio de la prosperidad, del evangelio humanista y de las fabulas no saben quién es Jesús, razón por la cual enseñan falsedades, y todo esto, ha acarreado consigo un engreimiento descomunal que ha hecho mucho daño a la iglesia. Es lo único que faltaba a una generación de cristal como la que tenemos hoy: "oh Dios, si me amaras de verdad esto no me pasaría", "oh Dios necesito que me demuestres tu amor " ¿De verdad? Se despojo de su gloria y se entregó para ser molido a latigazos, fue humillando y clavado en una cruz hasta pagar por el último de nuestros pecados con su muerte, después, salió a buscarte aun cuando tú jamás habías preguntado por El, y te encontró allí hundido en medio de tu inmundicia, te rescató, te lavo y te curo las heridas, te llevo hasta su casa, te dio una familia que te acogió entre algodones, y todavía necesitas una mayor demostración de amor. Es muy importante que entendamos quien es Jesús, es muy importante que entendamos que Él no nos debe nada, y que si hoy estamos aquí, ha sido solo por su gracia.

A veces me tropiezo con personas no creyentes que me dan una lección de amor, con personas pacientes, amables, consideradas, con unos principios y unos valores que me hacen sentir pequeño, y me pregunto, Señor, como es que Tú me has escogido a mí, no soy digno de Ti, perdóname y ayúdame a ser como Tú. Sabias que allá afuera ahora mismo hay personas no creyentes con un mejor corazón que el tuyo y el mío. No hay nada especial en nosotros que obligue a Dios a amarnos, es por gracia, solo por gracia, y sobre todo, para alabanza de su gloria, La iglesia no está conformada por personas perfectas, el único perfecto y sin mancha entre nosotros es Cristo Jesús, Él es el que la perfecciona. Cristo y solo Cristo, es la imagen del Dios invisible, Él es merecedor de toda gloria, honra y honor, Él es digno de adoración, porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9). Calvino dice al respecto:

"Cuando dice que la plenitud de la Deidad habita en Cristo, quiere decir simplemente que Dios se encuentra completamente en él, de modo que el que no está contento con Cristo solo, desea algo mejor y más excelente que Dios. La suma es esta, que Dios se ha manifestado a nosotros plena y perfectamente en Cristo".

Hemos visto quien es Jesús, y ahora surge una nueva pregunta: ¿Quién es Jesús para ti? ¿Sabías que el pecado se manifiesta en nuestras vidas, porque en el fondo, no estamos conformes y satisfechos en Cristo?

¿Quién es Jesús para ti? ¿Es tu Señor? ¿Es tu salvador? ¿Ocupa Él el primer lugar en tu vida? ¿Hablas con Él a diario? ¿Le tienes en cuenta, le preguntas cada vez que debes tomar decisiones? La forma en la que vivimos dice mucho de quien es aquel en quien hemos creído.

Puedes amar o rechazar a Jesús, no existen términos medios en esta cuestión y la forma de saber si lo amas o lo rechazas está en si eres o no obediente a sus mandamientos. Olvida ahora las expresiones de amen y aleluya, olvida ahora si cantas bien o si levantas las manos al orar, Olvida ahora todo lo externo y mira a tu interior, se sincero contigo mismo, Jesús dijo: Si me amáis, guardad mis mandamientos. Examínate y pregúntate a ti mismo: ¿Quién es Jesús para mí?

Con mucha frecuencia olvidamos quien es Jesús y quienes somos nosotros, y si hemos sido sinceros en nuestras reflexiones, no solo debemos pedir perdón por nuestras rebeliones y nuestras faltas, sino también debemos dar gracias por la tremenda paciencia de Dios con cada uno de nosotros.

Cristo es la imagen del Dios invisible, es la cabeza de la iglesia. Cristo es el buen pastor, y el buen pastor su vida da por sus ovejas. Cristo es la roca eterna, es el arca de nuestra salvación. Cristo es el camino, la verdad y la vida. Cristo es el pan que descendió del cielo, es nuestro alimento, es la Palabra de Dios. Cristo es el Cordero inmolado, el es el Redentor, es el autor y consumador de la fe. Cristo es nuestro abogado defensor. Cristo es la resurrección y la vida. Cristo es el evangelio, es nuestra salvación. Cristo fue hecho pecado, y esto no quiere decir que el halla pecado. Cristo nunca pecó, el es Santo, su naturaleza nunca se corrompió, el tomo nuestro lugar en la cruz y se entregó como ofrenda para saciar la ira de Dios. Jesús es la ofrenda perfecta y definitiva para el perdón de nuestros pecados. Cristo es nuestro refugio, nuestra esperanza, nuestra paz. 

Cristo es todo lo que tenemos y mucho más de lo que merecemos, porque ciertamente merecemos toda la ira de Dios, pero Él pagó el precio, él tomo nuestro lugar y nos ha dado el privilegio de ser llamados hijos de Dios.